Alquiler de bicicletas: parte fundamental del ciclismo urbano

No todos tienen bicicleta. No todos necesitan una bicicleta a tiempo completo; o varias. No todos tienen cómo transportar su bicicleta a lugares lejanos donde probablemente la necesiten. Y no todos quieren o pueden tener una bicicleta, lo que no implica que puedan necesitarla. Eso es una realidad inescrutable y ante eso, los gobiernos locales no pueden hacerse la vista gorda y simplemente ignorar la demanda de bicicletas de forma temporal.

Los alquileres de bicicletas, integrados dentro del propio sistema de transporte de la ciudad, son esenciales si quieren cumplir el objetivo de maximizar el alcance del ciclismo urbano. Ante eso, los gobiernos pueden prestar muchas facilidades al ciclista, con alquileres temporales, accesibles, prácticos e integrados.

¿Cómo deben ser los alquileres de bicicletas?

Generalmente, los expertos en movilidad urbana recomiendan que los sistemas de transporte estén integrados en una misma red que le facilite al usuario la mayor parte de las labores relacionadas con tarifas y distancias. Esto debe incluir a los alquileres de bicicletas. Por ejemplo: muchas ciudades cuentan con tarjetas, las cuales pueden recargar viajes en cualquier sistema de transporte: metro, autobús, teleférico, tranvía, entre otros. El alquiler de bicicletas debe estar aquí incluido, de forma tal que las personas puedan contemplarlo como parte de su trayecto.

Los gobiernos municipales deben disponer de muchos puntos desde donde alquilar bicicletas, sin que estos necesiten de contacto humano: debe poder dispensarse la bicicleta con solo procesar la tarjeta y el pago o la recarga necesaria. Además, existen diferentes vertientes en lo que se refiere al cobro, pues en algunos lugares cobran por distancia recorrida y en otros, tanto por distancia como por tiempo de uso.

La idea es que el ciclista pueda tomar la bicicleta en un punto y dejarla en otra, pagando solo por el tiempo que la usó, que se le descontará de la misma tarjeta desde donde se le descuentan los viajes en metro, autobús y demás sistemas de transporte. Así no habrá una migración violenta o una necesidad imperante de hacer trámites burocráticos para poder procesar los alquileres de bicicletas, que deben ser rápidos, expeditos y sencillos tanto a la llegada como a la salida. Para eso, es imperativo tener una red grande de puntos y también de mecanismos de seguridad para evitar vandalismo.

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